¿Con qué obstáculos nos encontramos cuando queremos crear alianzas?
La alianza familia-ambientes de aprendizaje tiene un sentido profundo, es sinérgica y sus resultados son muy atractivos, aunque tanto las familias como representantes de los ambientes de aprendizaje han manifestado que es retadora. A continuación reseñamos algunos obstáculos que hemos identificado, porque ser conscientes de ellos nos permite incluirlos en nuestros planes de acción y superarlos.
Desconocimiento de las instancias de participación.
Se pueden hacer documentos breves que se entreguen a los padres para describir cada una de las instancias y su función. También es útil divulgar los resultados obtenidos en cada escenario e invitar a familias que están participando informalmente a asistir a alguna instancia formal
Es posible que cada uno de los miembros de esta alianza tenga una percepción particular del papel del otro y centre su acción en lo que a cada uno le corresponde. Esa percepción de rol dividido produce que cada uno haga las cosas por su lado, sin reconocer el beneficio del trabajo conjunto.
Cuando hablamos de sinergia estamos diciendo que, cuando se trabaja en equipo, el esfuerzo de todos produce resultados más contundentes que si hubiésemos trabajado individualmente. Es importante reconocer que las responsabilidades de cada actor deben ser complementarias y no antagónicas.
Como no siempre el ambiente de aprendizaje es un escenario de participación, la propuesta de trabajar juntos puede producir cierta incertidumbre ante la novedad tanto en madres, padres y acudientes, como en los profesores y en los estudiantes.
Ir conquistando espacios comunes es una tarea de todos y es importante mantener presente que estamos para apoyarnos en la tarea de formar a estas niñas, niños y adolescentes.
La visión que tienen los docentes de las madres, padres y acudientes, y viceversa, a veces está mediada por prejuicios y temores que no les permiten acercarse de manera efectiva.
La creación de vínculos y relaciones de manera intencional van gradualmente creando miradas diferentes del otro y lo que puede aportar.
El tiempo es un factor importante que en ocasiones se utiliza como la excusa perfecta para no iniciar un trabajo conjunto entre el ambiente de aprendizaje y las madres, padres y cuidadores.
Contar con las familias como aliadas puede ayudar a identificar claramente las prioridades del ambiente de aprendizaje, además de tener apoyo por su parte para iniciativas escolares que se pueden estructurar alrededor de esta alianza.
Entre los posibles obstáculos para establecer relaciones de cuidado y confianza entre el ambiente de aprendizaje y madres, padres y acudientes está la idea de que estas relaciones se dan de manera natural y espontánea.
En realidad es necesario construir espacios explícitos e intencionales para tejer relaciones positivas y mantenerlas a lo largo del tiempo.
Desconocimiento del otro.
Conocer las preocupaciones, dificultades, conocimientos o habilidades de la otra persona nos permite ponernos en su lugar, comprender su punto de vista y empatizar.
Existen barreras tecnológicas, de idioma y culturales que modifican las formas de comunicarnos.
Reconocer la diversidad las familias es fundamental, puesto que no se puede asumir que todas se comunican o entienden de la misma manera.
Pensar que el ambiente de aprendizaje es el único responsable de la comunicación y que no es una construcción en doble vía, cuando en realidad es un ejercicio mutuo de preguntar, buscar información relevante y estar activos al manifestar las inquietudes que se tengan.
El ambiente de aprendizaje tiene la responsabilidad de iniciar la comunicación y modelar cómo se da la comunicación en doble vía. Nosotros como padres, madres y cuidadores podemos propiciar esa comunicación y solicitar la conformación de espacios.
Partir de supuestos y no comprobarlos con información objetiva.
Es muy importante conocer muy bien los grupos que se comunican para lograr una comunicación clara, constante y coherente.
Utilizar solo un medio de comunicación cuando hay diversidad de formas de encontrarse con las familias y los estudiantes.
Se trata de ser creativos, de buscar formas de encontrarnos y maneras de comunicarnos.
Desconocer a la otra persona como un interlocutor valioso que puede aportar desde sus conocimientos, habilidades y experiencias.
Debe existir un esfuerzo mutuo por establecer relaciones significativas y conocernos en profundidad.
En algunas ocasiones las madres, padres, acudientes y cuidadores no se acercan a participar porque creen que sus aportes no serán reconocidos.
Madres, padres, acudientes y cuidadores: a participar y salirse de su zona de confort. Docentes: es importante demostrar que ideas y esfuerzos de las familias son bienvenidas y que su participación será acogida de manera sincera y real.
El tiempo que tienen las familias para dedicar al ambiente de aprendizaje está sujeto a sus actividades laborales y otros compromisos, de tal forma que puede ser un tiempo fragmentado.
Este es otro llamado a la creatividad a pensar cómo hacemos reuniones muy breves y productivas y utilizamos diversos medios y estrategias.
La crítica y el señalamiento mutuo entre familias y ambientes de aprendizaje. Por ejemplo, cuando el docente dice que los padres han abandonado a sus hijos o cuando las madres o padres dicen que para el docente el niño es un número más, hace que no se construya una relación de confianza e impide la participación.
La alianza se construye desde el interés por el otro y la escucha activa.
Es posible que el ambiente de aprendizaje tenga cierta resistencia para involucrar a las madres, padres y cuidadores en la creación de políticas o consultar asuntos escolares de profundidad con ellos.
Con una meta común y un plan de trabajo colaborativo, esto se supera.
La participación no sucede de un día para otro. Es un proceso a largo plazo, a veces se presenta como obstáculo el hecho de querer obtener resultados inmediatos.
La participación es una construcción conjunta y constante.
Realizar procesos de participación sin una planeación previa, crea una confusión de roles y responsabilidades.
Los esfuerzos tienen que ser muy claros e intencionados y, como lo hemos repetido, las responsabilidades serán compartidas.
La dificultad de reconocer diversos contextos culturales y la situación tanto de madres, padres como de maestros al asumir, por ejemplo, que todos pueden asistir a los llamados del ambiente de aprendizaje, cuando por horarios laborales eso no es posible.
Superar este obstáculo implica flexibilidad y creatividad. Con estas dos habilidades es posible tender puentes entre el ambiente de aprendizaje y la familia.
Para la construcción de la alianza tenemos a la mano herramientas muy relevantes que ofrecen mayor profundización, recursos y actividades prácticas: está, por ejemplo, la Guía Metodológica para el fortalecimiento de la Alianza Familia-Ambientes de aprendizaje. Esta es una guía muy completa, paso a paso, que compila varios recursos para fortalecer la comunidad educativa a través de la Alianza Familia-Ambientes de aprendizaje. Es un documento de la Secretaría de Educación de Bogotá que contiene un paso a paso detallado para la construcción de la Alianza, así como un portafolio de actividades que se basa en ejemplos de acciones reales desarrolladas en colegios de Bogotá.
Si quieres profundizar más, puedes encontrar recursos relevantes en el portal de Colombia Aprende. Aquí encontrarás un conjunto de herramientas como orientaciones técnicas para desarrollar la alianza; propuestas de actividades con las familias que, con un lenguaje sencillo, abordan temas de manera estructurada y herramientas de caracterización por grados escolares. Cada uno de los elementos es un apoyo para desarrollar la alianza y darles sentido a las acciones.
La institución Brookings ha hecho una investigación muy importante sobre el impacto del compromiso parental en el ambiente de aprendizaje y junto con Red PaPaz y otras 41 organizaciones en el mundo han identificado buenas prácticas que comparten en su página web.
Estos recursos los puedes revisar más adelante en la pestaña de enlaces de interés.
